domingo, 21 de febrero de 2016

Semana del 15 al 19 de Febrero por Puente Viejo


Semana de pocas alegrías pero mucho talento por La Casona, será que el carácter de la doña y el capataz no son muy dados a seguir con el buen humor de nuestra pelirroja, pero será también que hacen el contraste perfecto para que, sin apenas salir de allí, disfrutemos de unos minutos de mararavillosas interpretaciones y trabajo bien hecho.


Aunque cuando Marta sale también lo hace para derrochar arte por cada rincón de Puente Viejo, como sucedió el lunes, en un par de escenas en las que nos demostró que no hace falta casi decir nada para transmitir todo. Así, tras encontrarse El Colmado cerrado, se veía inmersa en el plan de Nicolás para ayudar a Onésimo, y con un color de pelo bastante más discreto que ese azul añil, nos hacía estar pendiente de cada una de sus palabras, pero también de cada una de las expresiones que sin necesidad de ver nada más, nos contaron a la perfección lo sucedido en la plaza.


También en la plaza tuvo la oportunidad de conocer a uno de los nuevos habitantes de Puente Viejo, justo después de robarnos una sonrisa al recordar como consiguió camelarse a la señá doña tía Eulalia, y es que aunque haya cosas que no sepa lo que son, lo que si sabe, y lo hace a las mil maravillas, es robarnos una sonrisa casi a cada paso que da, por más tenso que sea el ambiente, y el existente entre Hernando y la señá promete serlo y mucho además....


No sabemos si hasta el punto de echar fuego por la boca que decía nuestra pelirroja, pero el puntito picantito o más bien resalao es el que pone ella cada tarde, con ese descaro que, creemos, a la señora le gusta tanto como esa sopita de mariscos, aunque se empeñe en disimular.


Y a las mil maravillas le sentaría la sopa, porque después la encontrábamos de un humor poco típico en ella. Como bien dice Fe, todos dudamos de que la felicidad haya existido en La Casona, al menos hasta que llegó la alegría en forma de flaquita pelirroja, desde que ella está si que consigue que, al menos a ratos, una sensación bonita inunde cada una de las estancias que recorre.


Muestra de ello, fue que no solo la luz que entraba por los ventanales fue la que inundó la cocina de La Casona, también la que desprendía nuestra pelirroja, que mezclaba a partes iguales la preocupación por la doña Rosario, el desparpajo con el que hablaba del regreso de Raimundo y el despiste y el arte con el que terminaba hablando de más frente a la señá…


Y no se iba a apagar esa lucecilla si luego la encontrábamos contando al hombretón que pronto, esperamos, habrá nueva boda en el pueblo, con esos ojillos que se iluminan al pensar en baile la encontrábamos, al menos hasta que aparecía la señá, para que Fe nos diese una lección sobre ánimas, expresividad y desparpajo para salir de cualquier situación, aunque sea marchando a limpiar el polvo...


Eso si, poquito le daría tiempo a pasar el plumerito porque de nuevo teníamos a Onésimo en La Casona, esta vez buscando fondos para una fiesta a la que intenta dar mucho bombo, pero como dice Fe, lo que van a hacer es encender farolas. Allí se encontraba con algún desplante de la doña, pero también con todo el salero de nuestra pelirroja.


El salero y la mijilla de embutido que compartían, dos personajes muy peculiares y dos artistas que, cada vez que coinciden nos dejan divertidos momentos y mucho talento. Probablemente no podamos pensar en ellos como pareja en la historia, porque nuestra doncella bebe los vientos por su hombretón, pero esperamos que como secretario del ayuntamiento y doncella se repitan las visitas y los momentos llenos de ese humor tan natural y que tanto bien le hace a algunas tardes...


Pensando en esto, acabamos por hoy, no sin antes agradecer el talento y el trabajo que nos regala Marta cada tarde, pero también el de un equipo, que cumple 5 años en emisión, y al que les deseamos lo mejor en todo el tiempo que esté por venir.


Marta en El Secreto de Puente Viejo, capítulos... por fansmartatomasa



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