Probablemente una sonrisa no sea la expresión que mejor defina la semana de Fe por Puente Viejo, pero si que describe perfectamente lo que sentimos nosotros al ver como Marta día a día borda un personaje que parece fácil, pero no lo es, y que nos tiene ganados por completo.
Si acabábamos la anterior entrada a nuestro blog afirmando que Fe, a pesar de sus temores, tenía una firme decisión tomada, y que no iba más allá de cuidar y ayudar a la señita con todas las consecuecias, esta semana se mantenía fiel a su propósito. Seguro hubiese preferido que fuese (no su hombretón) pero si alguno de sus hombres el encargado de conseguir el arma para María, pero como todas las esperanzas de la señita están puestas en ella, no será nuestra pelirroja quien le falle aunque tenga que ir a empeñar el medallón que parece robado a alguna ricachona...
Pero no solo de cuidar a María vive la doncella más bonica de Puente Viejo, también de guisar y de escuchar (aunque parezca que no) a un hombretón cada vez más dispuesto a abrir su coraza ante la pelirroja que le tiene sorbido el seso sin que se dé cuenta.
Maravillosa escena de complicidad una vez más entre Marta y Mario, con una doncella dispuesta a endulzarle un poco la realidad al capataz y no solo a golpe de encanto, y de animarle a base de coqueteos con ese desparpajo tan suyo y esa magia que Marta a conseguido dar al personaje.
Aunque claro, La Casona no sería La Casona si sólo hubiese gente tan buena y tan bonica como ellos. También pululan por allí algunos malajes, algunos con piel de cordero, y otros que están dispuestos a descubrir el lobo que llevan dentro. Es el caso del señito Tristón, que entre sus pertenencias cuenta con el arma que Fe necesita...
Aunque encontrarla metió a nuestra pelirroja en una situación complicada. Don Tristón, que es más listo de lo que parece, ha empezado a recelar de las intenciones de María y su bonita aliada, y claro, nuestra Fe preguntada por el pasaporte sabe que si no está en un cajón ha de estar en otro... :P
Por suerte la señita llegó a tiempo para sacarla de una situación complicada en la que Marta nos demostró una vez más lo mucho que es capaz de transmitir con una mirada o un gesto.
Y al jardín se fue nuestra doncella favorita a contarle a María que no había dejado el pasaporte en el lugar correcto y a pedirle disculpas por ello. Bueno y también a informarle de que se iban a ahorrar un medallón con esa gracia que solo Marta le da al personaje e incluso en los momentos más difíciles.
Pero como si no cuida de la señá poco va a durar nuestra bonita pelirroja por Puente Viejo, también tuvo tiempo de sacar su desparpajo para preparar un "alzafiambres" a la patrona...
Y también de empezar a recelar de la actitud del señor y a arrepentirse se haber ayudado a la señita a meterse en tremendo embrollo del que suponemos no le será fácil salir... Más fácil le tuvo que ser a nuestra pelirroja salir por piernas del jardín a petición de Don Tristón eso si....
Con quien tampoco está muy convencida es con la actitud de la señita Amalia, quien va dejando atrás la dulzura y los modales de señoritinga de ciudad, para sacar a relucir un carácter que no es que nos entusiame pero que sacará al pajarillo de su oscura jaula.
Convenciéndose de que no corrían tanto peligro como parecía dejábamos a dos amigas más que aliadas en la cocina antes de despedir el año, aunque ni Fe confiaba en lo que decía ni María parecía creerlo, aunque ya no fuese momento de echarse atrás.
Y tiempo tuvo nuestra preciosa pelirroja de brindar por si misma, y porque todo lo vaya de guinda este año, que es por lo que lo hacemos nosotros, tanto cuando lleva guión y uniforme como cuando no.... Cenando solita, con esa forma de afrontar las cosas que tanto nos gusta la encontrábamos hasta que la señita María vino a traer una pistola sin munición que tuvieron que esconder a la llegada de Don Anselmo, un genial Mario Martín al que no solemos ver junto a Marta pero que nos encantó en una escena marcada por el descaro de Fe y la "expresión" del Páter.
A veces no son las brujas (aunque por La Casona hay varias) quienes llevan escoba, sino una hadita pelirroja maravillosa que sabe que el año se empieza mucho mejor con huevos y panceta que con uvas, eso fue lo que le preparó al capataz para desayunar, y para animarle, aunque más contento da una sonrisa de Marta que todos los manjares del mundo y más si Mauricio empieza a darse cuenta de lo mucho que le aprecia la moza más bonica de Puente Viejo, que además se convierte en mensajera para informar al don Bosco de las cuitas de su esposa.
Y como nuestra Fe sirve lo mismo para un roto que para un descosido, de conseguirle las balas a la señita también tuvo tiempo, aunque ya se arrepienta de haberlo hecho, y más que nos tememos, se arrepentirá en un futuro....
Por ese arrepentimiento, por el miedo a perder a la estupenda muchacha que ha llegado a su vida cuando el pajarillo la había "abandonado", porque María a pesar de todo lo vivido por el personaje es solo una niña que lucha por el amor de su vida, nos dejaron para acabar un par de preciosas escenas, la primera con nuestra Fe dándose cuenta del sentimiento tan puro e intenso que mueve a la señita, y la segunda con una despedida que a buen seguro os dejó con un nudo en la garganta y un par de lagrimones a punto de aflorar o recorriendo vuestras mejillas...
Y eso sin duda es gracias al maravilloso trabajo de dos artistazas, una que nos lleva emocionando tarde tras tarde en los últimos años, y otra que ya sabíamos que no podía ser más grande, ni tener más arte ni talento, pero que nos sorprende cada tarde con su saber hacer y con ese personaje que nos ha rendido a sus encantos. ¡Enhorabuena chicas! ¡Enhorabuena Marta!
Acabamos por aqui, y aunque ya podemos disfrutar del arte de Marta capítulo a capítulo, no nos vamos a quedar sin el recopilatorio semanal. ¡Disfrutadlo!
Marta en El Secreto de Puente Viejo por fansmartatomasa
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