domingo, 12 de abril de 2015

Mierda de Artista en el Teatro Flumen de Valencia


Cuando anunciaban Mierda de Artista en el Teatro Flumen, descubríamos a una Sofía bastante diferente a la que conocíamos hasta el momento, y que nos daba más motivos aún para poner dirección Valencia el último fin de semana de enero.

Así que una servidora puede empezar diciendo aquello de “era una tarde invernaaaaaal” cuando empezaban sus doce horas de viaje hasta llegar a Valencia, y si os estáis preguntando dónde narices vive esta zagala, creedme que bastante más cerca de lo que parece…. Doce horas que quedaron olvidadas nada más poner los pies en la estación de Valencia, allí a las siete de la mañana empezó una espera cargada de ilusión por disfrutar de nuevo de un estupendo espectáculo, que no pudo estar arropada por mejor compañía. Me tendréis que disculpar si hago un pequeño inciso, pero me gustaría agradecer a Pilar y Victoria su cariño infinito, a Ana y a sus chicos su hospitalidad y su cercanía, a Paquito su paciencia, a Mari Carmen su buena predisposición para vernos… y a todos aquellos que hicieron de las primeras horas en Valencia un día tan maravilloso. Tanto que casi sin darnos cuenta, llegaba el momento de dirigirnos al Flumen.

Tengo que reconocer que, después de tener la enorme suerte de disfrutar del estreno del Mierda en los Teatros del Canal, salí de allí totalmente convencida de que nadie podría impresionarme más como Sofía que Gemma y que nada me emocionaría como la mirada de Ferran tras aquella primera función. Pues bien, me equivocaba, me equivocaba por completo, Marta consiguió que no fuese capaz de quitarle la vista de encima en toda la función, arrebatadora es poco para describirla como marchante de Manzoni, y Ferran, Ferran es emoción pura cada vez que canta, y además tiene un algo especial que transmite pasión por lo que hace a cada paso que da….

Pero antes de que esto empiece a parecer una despedida (sin haber contado apenas nada) enderezamos el rumbo y comenzamos por el principio de la función, en el que una voz que nos es bastante familiar, iniciaba el espectáculo con una subasta en la que echamos en falta a la señora que parece un señor….



Y tras ella, otra voz que tiene la cualidad de llegar al corazoncito de quien la escucha directa como una bala… Pocas cosas emocionan más (y una de ella diríamos que es Marta bailando) que tener a Ferran cantando a pocos metros de distancia. Envueltos en esa atmósfera casi mágica nos fuimos trasladando al estudio de Mazoni en que el irrumpió tan espectacular como siempre una preciosa pelirroja, con ese “Pieroooooooooooo!” que tantas ganas teníamos de escuchar.



A partir de ahí, tuvimos la oportunidad de descubrir cómo se conocieron Piero y Paola, de conocer al resto de personajes que nos fueron sumergiendo en un entramado de intereses y mentiras, acompañado por cantidades industriales de humor, que no dejaron indiferente absolutamente a nadie. Buena muestra de ello fue el cariñoso aplauso con el que les despedía el público valenciano tras una segunda función en el Flumen a horas un poquito intempestivas….

Por eso mismo, por las horas un tanto intempestivas a las que salimos, nunca les agradeceremos suficiente a los chicos su paciencia infinita a las puertas del teatro, a pesar del cansancio, del frío y de que no era precisamente temprano, todo fueron sonrisas y cariño, Xènia, cansada tras la función nos regaló una de las sonrisas más bonitas de la noche, Anna una carita de sorpresa que tardaremos en olvidar y que nos hizo casi más ilusión que ella su detallito, Joanmi dispuesto a aguantar nuestra ración de refunfuños por no traer CDs al Flumen, y Ferran con ese “si, claro” que tanto agradecemos, cada vez que le preguntamos si tiene un momento…. Porque son muy grandes sobre el escenario, y más aún al bajar de él, GRACIAS.

Si os estáis preguntando por nuestra pelirroja favorita, tardamos en ver su preciosa sonrisa, y la razón es que había una bonita sorpresa para ella esperándola a las puertas del teatro. Con prisas por el poquito tiempo para disfrutarla nos despedimos de ella, y sin entrar en detalles sólo diremos, que no hay palabras para describir a Marta, que bastante nos ofrece sobre el escenario como para tener que dar más al bajar de él, pero que gracias, gracias, y gracias por esa cercanía y por esa paciencia con quienes sólo queremos hacerle llegar un poquito de nuestro cariño y admiración por ella.


Y como sólo hay una cosa mejor que una función de Mierda de Artista, y es un doblete, dado el horario más intempestivo aún de la salida de los autobuses de regreso a casa, nos animamos a volver al Flumen el domingo. Si el sábado disfrutamos, el domingo más, si el sábado nos dejaron con la boca abierta, el domingo aún más, y si el sábado reímos a carcajadas, no por conocer los gags el domingo lo hicimos menos, y eso sin duda es gracias al buen hacer de todo el equipo de Mierda de Artista. Para quienes habíamos visto la primera “versión” que se hizo, y pensábamos que no se podía mejorar, el primer día en Valencia fue la demostración de que si, y repetir el domingo, fue una oportunidad maravillosa para fijarnos en algunos detalles que el día anterior entre risas y sonrisas pasaron desapercibidos.

Y sólo podemos decir olé! Olé por un elenco maravilloso! Por un Piero, interpretado magistralmente por Ferran, que cede su protagonismo al entorno del artista, sin dejar de dar pinceladas de talento y buen hacer a cada momento; por una entregada novia, Apollonia, a la que borda una preciosa Xènia Reguant; la inocente periodista, Paola, Anna Alborch, un maravilloso descubrimiento en el más amplio y profundo sentido de la palabra



Un “inigualable” socio, como es Enrico, que nos permitió disfrutar de un registro muy distinto al que Jordi nos tiene acostumbrados pero que nos conquistó por completo cuando pensábamos que la versión de Frank era muy difícil de superar; un socio casi ausente pero muy presente con una música absolutamente deliciosa fue Joanmi, y dejamos para el final, y no por menos especial, sino por todo lo contrario a nuestra bella Sofía, espectacular y completamente arrebatadora encontramos a Marta, interpretando a una irreverente y esperpéntica marchante que nos hizo caer rendidos a sus pies en cuanto apareció con su foulard rosa.



Las dos horas, que no os vamos a contar porque, de verdad, os recomendamos que vayáis a verles en cuanto tengáis la oportunidad de hacerlo, pasaron volando, como casi todo lo que se disfruta mucho. Sonreímos, reímos, y también nos emocionamos, porque tanto talento sobre el escenario da para eso y para más, y salimos del teatro con la firme convicción de que los chicos de Kaktus se merecen lo mejor de lo mejor, y el mayor de los éxitos con cada uno de sus proyectos, porque ya nos han demostrado en dos ocasiones y van a por la tercera, que humor y pequeño formato puede ser sinónimo de calidad y buen hacer. Que temas que normalmente nos sonrojarían no están reñidos con el buen gusto, y que trabajo y placer pueden ir de la mano cuando tremendos artistas coinciden sobre las tablas. Nos decía Jordi en una entrevista que se lo pasaban tan bien que no parecía trabajo, aunque lo había y mucho, y desde este rinconcito damos fe de que es así, y muy bien hecho además. Pero también es cierto, que ese buen rollito entre ellos, se traspasa al público, que se sumerge en ese “juego de intereses” del que esperamos tener la oportunidad de forma parte en otra ocasión o en muchas más… larga vida al Mierda!


Pero antes, llegará la ocasión de volver a verles, en este caso con Clicks en Madrid, y si podéis no deberíais ni dudarlo siquiera, acercaos al Nuevo Teatro Alcalá para seguir disfrutando del arte a precio de mierda :P

No nos extendemos mucho más de lo que lo hemos hecho por aquí ya, casi sin darnos cuenta, al igual que nos ha pasado escribiendo, acababa la función del domingo en el Flumen, veíamos las últimas sonrisas de Marta y los chicos al público valenciano (y a los que nos acercamos por allí) y empezábamos a ver el final de una bonita aventura en buena compañía y regada con grandes dosis de talento. Pero antes de poner rumbo a casa nos esperaba un último momento a las puertas del teatro, y al igual que lo que pasa en Las Vegas, lo que pasa a las puertas de un teatro allí se queda, para ellos y para nosotros. Pero no queríamos despedirnos sin agradecer una vez más a los chicos su paciencia infinita con quienes les esperábamos, la cercanía con la que nos atienden siempre, la amabilidad ante cada una de nuestras peticiones, y esas sonrisas que nos hace sentir tan bien. Y recordarles, que aunque nos miran sorprendidos ante cualquier muestra de cariño que les llega, como si no terminasen de creerse que se merecen eso y más, que la culpa es suya, que si nos encuentran (y esperamos que vuelva a ser muy prontito) a las puertas de cualquier otro teatro, cargados de besos, de cariño y agradecimiento, es culpa suya, son ellos quienes se lo ganan a base de talento, esfuerzo y trabajo bien hecho, y por si fuera poco tratándonos bastante mejor de lo que nos merecemos, así que ya para terminar, por todo lo dicho y por muchas cosas más: GRACIAS!

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