martes, 10 de junio de 2014

Mierda de Artista


Si empezamos diciendo que es la mierda más grande probablemente no suene a elogio, pero lo es, creednos que lo es. Mierda de Artista es todo lo que se espera de Mierda de Artista y muchísimo más…
Seguro que al leer “Nuevo espectáculo de Ferrán González” o “de los creadores de Pegados”, las expectativas estaban altas, pero si tenéis la oportunidad de verlo, comprobaréis que la familia de Pegados aumenta y se viste un poco para superarlas con creces y ofrecernos una obra colosal.


No descubrimos nada nuevo si decimos que, casi con toda certeza, sea la obra más irreverente, atrevida, fresca, original o divertida que se puede encontrar en cartelera en este momento. Que consiguen reírse de todo, empezando por ellos mismos y por un género que “reinventan” para conseguir que riamos con ellos durante más de dos horas… a carcajadas.

Dos horas que se hacen cortas, muy cortas, en una obra dinámica, que no escatima la oportunidad de incluir ni un gag nuevo cuando aún te estás riendo del anterior, cargada de guiños al espectador, de ese teatro dentro del teatro y con referencias a musicales tanto clásicos como otros actualmente en cartel.
Con una escenografía cuidada hasta el último detalle, y un juego de lienzos que dan un toque original, casi mágico al espectáculo, la música, bajo la dirección de Joan Miquel Pérez, es una auténtica delicia y nos transporta a esa Italia de los años 50 y 60 y al estudio donde Piero Manzoni desarrolló su obra.
Un Piero Manzoni, interpretado por un magistral Ferrán González, dispuesto a ceder su “protagonismo” a un entorno del artista que no le deja ni a sol ni a sombra, sobretodo en el primer acto, donde intereses y frivolidad se mezclan con un humor directo y sencillo pero tremendamente efectivo, que roza lo escatológico y soez sin perder el buen gusto.
En ese entorno donde un serio e introvertido (que arranca la sonrisa en cada intervención) Agostino Bonalumi, interpretado por Joan Miquel Pérez, contrasta con el alegre Enrico, a quien da vida Frank Capdet, que quizá sea el personaje más “desagradecido” de interpretar, pero que fascina desde la subasta inicial y decidimos pujar por él sin duda. Aparecen tres mujeres tan distintas como sencillamente (unas más sencillas que otras) geniales.

Apollonia, la novia de Piero, llega de la mano y del enorme talento de Xènia Reguant, sobria y elegante es capaz de dejar el recato a un lado para dejarnos algunos de los momentos más divertidos del musical. Ferrán González nos la presentaba como un maravilloso descubrimiento y no puede ser más cierto, Nanina Rosebud, o mejor dicho, Paola, en sus intentos de entrevistar a Piero se nos presenta como la típica rubia tonta que resulta no serlo tanto, y nos ofrece desternillantes momentos acompañados de una comicidad sencilla. Lo cierto es que la inseguridad de la periodista contrasta a la perfección con la arrebatadora marchante del artista. Insuperable Gemma Martínez convertida en Sofia Canevaro, atrevida, estrambótica y absolutamente arrolladora, podía convertir Mierda de Artista en un monólogo y mantener nuestra atención en cada uno de sus movimientos y expresiones, si no fuese porque es necesaria en este equipo que funciona a la perfección bajo la dirección de Alicia Serrat.


Un equipo que muestra cada tarde en la Sala Verde de los Teatros del Canal lo mucho y bueno que se puede hacer con talento ingenio y trabajo. Si tuviésemos que poner alguna pega sólo nos plantearíamos la necesidad del descanso, que resulta tan molesto como el final de una obra en la que estás disfrutando tanto. Pero sí que es cierto que, separa un segundo acto más onírico y surrealista, en el que por primera vez veréis envasar mierda en directo (lo que os sorprenderá tanto como el genial solo de celofán), y en el que disfrutaréis sobretodo de un Ferran sublime en las horas más bajas de Piero Manzoni y de un repaso por la historia del arte que sin grandes pretensiones resulta de lo más didáctica.
Momentos de gran intensidad para un fantástico final en el que no sabréis si las lagrimillas que asoman a los ojos son las de risa que aún os duran, o si la maravillosa interpretación de Ferran os ha llegado hasta lo más hondo…

Hemos dejado para el final, no por menos importante, sino por todo lo contrario para nosotros, la inmejorable coreografía que acompaña al espectáculo. En esta primera aventura de Marta creando la coreografía de un musical, habían sido sus propios compañeros quienes nos habían contado que era como un traje hecho a medida y que había superado sus expectativas ya de por sí muy altas, y sólo podemos añadir que…. No puede ser más cierto. Marta comparte y entiende a la perfección la clave en la que está escrita Mierda de Artista. Y su aportación a ese proyecto es una DELICIA, dinámica, sencilla, fresca y divertida, te cautiva a cada movimiento y acompaña perfectamente el ritmo trepidante de la obra.


En definitiva, si queréis ver la mejor comedia de la temporada convertida en crítica al mundo del arte, aún tenéis unos días más en Madrid y después llegará Barcelona. Si tenéis la oportunidad, no dudéis, id a verla, al final volveréis a casa con una sonrisa de oreja a oreja y la sensación de haber pasado un rato inmejorable. El inmenso, cálido y sincero aplauso con el que nos despedimos de los chicos en Madrid es clara muestra de ello y el brillo en los ojos de Ferrán con el que correspondió al mismo, quizá uno de los recuerdos más bonitos que nos llevamos. Pero es que en estos días se agradece, y no sabéis cuanto, el encontrar algo innovador, y más cuando llega de personas apasionadas por su trabajo, que con humildad y constancia, encuentran su lugar aunque sea vendiendo arte a precio de… mierda.

Sois muy grandes chicos! Mucho éxito!


No hay comentarios:

Publicar un comentario