Semana de emociones para nuestra Fe por Puente Viejo, aunque ella desde que llegó es la luz de La Casona, estos días, o mejor dicho algunas de las situaciones, han borrado (por suerte sólo por momentos) la sonrisa que ilumina la oscura guarida de la doña. Y la señá Paca ha sido precisamente la causante de esa desazón que nos hizo verla compartiendo inquietudes con un capataz que, tras los recelos iniciales, parece confiar plenamente en nuestra doncella.
En esos primeros momentos de desazón de la doña y de empeño por parte de Fe de cumplir con su tarea de la forma más diligente posible, poco podían imaginar capataz y doncella, que la señora iba a marchar de La Casona sin dar razones dejándoles en un ay.
Aunque claro, para “ay”, pero “¡ay que pimpollo!” lo que debió pasar por la cabecita de la chica más resalá de esos lares, al conocer al nuevo habitante, un habitante que seguro aumenta la faena y quehaceres de Fe, y que los hace más llevaderos, porque como ya vimos en la habitación de la señá nuestra Fe tiene una predisposición estupenda a echar una mano, y si se tercia…. las dos.
Bromas aparte, o no bromas porque nuestra doncella parecía muy dispuesta a ayudar al señorito (que de momento aún está un poco silvestre) en sus baños. Si que es cierto que Fe siempre está dispuesta a echar una mano, a atender la tarea que se le encomiende y a acompañarla de una palabra amable en caso de ser necesaria. Muestra de ello, y de su salero una vez más, fue el momento que compartió con María y sus explicaciones sobre la Paca por si su ahijada no la conociese lo suficiente. (Hacemos aquí un pequeño inciso para referirnos a la alegría inmensa que es para nosotros que Fe se vaya relacionando con los habitantes de nuevo hogar, y que Marta tenga la oportunidad de compartir secuencias con más compañeros, que dado el inmenso talento que se recoge en el reparto puentevejero, da para mucho y muy bueno).
Dicho esto tenemos que añadir que no entendemos como las zalamerías de Fe y el piquito de oro que tiene no han conseguido ablandar a la doña. Bien es cierto, que si no trata con una pizca de cariño aunque sólo sea por todo el tiempo trabajado a Mariana, no lo va a hacer con una recién llegada, pero claro, que le riña por su forma de hablar (de lo más graciosa hemos de decir) pase, pero que no la deje acompañar a Mariana en el día de su boda, nos parece lo más cruel que podía hacerle a una Fe, que de momento parece obligada a incumplir la promesa que le hizo a su amiga. Cruzamos dedos para que, aunque sólo sea un momentito, podamos ver de nuevo la complicidad entre las doncellas con más arte de Puente Viejo con Mariana vestida de novia. Y sobre todo los cruzamos para que los cambios que se avecinan en La Casona no roben ni un ápice del encanto de Fe, de la sonrisa no hablamos porque aunque bonita es un rato largo, ya otras situaciones nos han demostrado que ver a Marta en un registro diferente es toda una delicia.
Y hemos dejado para el final, sin saber muy bien porqué, o por si vete a saber si tardan en repetirse, las maravillosas secuencias que nos dejaron las mejores amigas que se han visto por Puente Viejo. Ellas, en apenas unos minutos, esta semana nos han transmitido toda la ilusión de la preparación de una boda, el cariño en las palabras de Fe (aunque ella piropee a su manera) llevaría a cualquier novia al altar con la más bonita de las sonrisas. Nos han dejado momentos de confidencias sobre el pimpollo, que como todas las ocurrencias de nuestra doncella han llenado de sonrisas la tarde y nos han regalado uno de los momentos más bonitos vividos en la cocina, la ilusión de Mariana con el regalo de sus compañeros de fatigas, y la ternura con la que se lo hicieron llegar consiguieron emocionarnos a muchos, y hasta al capataz nos pareció entender. Sólo podía ser idea de Fe, y sólo Carlota, Marta y Mario (acompañados por la doncellas de La Casona, desde aquí nuestro reconocimiento a los figurantes de la serie, que no siempre se valora lo suficiente el trabajo que hacen) podían ofrecernos un momento con tanta dulzura, tan sencillo y bonito a la vez. De verdad, mil gracias por estos momentos que le dan sentido a las tardes de Antena 3 y que nos tocan el corazoncillo de tanto en tanto.
Nos despedimos por esta semana, a la espera de lo que esté por venir y por cambiar para nuestra doncella. Y nos despedimos como siempre, con el inmejorable (hasta que la semana que viene nos demuestre lo contrario) trabajo de Marta. Eres genial!
(c) Imágenes propiedad de Antena3
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