Semana cuanto menos peculiar de nuestra Fe por Puente Viejo…
Y es que, aunque empecemos por el final, hemos encontrado a nuestra doncella hasta por los recuerdos de la doña. Una mirada hacia atrás para descubrir que el gañan que olía un poco a puerco no era otro que Silverio, y que para la señá Francisca Bosco no es sólo aquel mozo que “encontró” en el bosque…
Habrá que esperar para saber si nuestra Fe es fiel al su oír, ver y callar o si desconoce lo que pasó en el despacho de la doña.
Pero no solo en la memoria de la señá encontramos a la doncella más apañá de todo Puente Viejo. Esta semana la hemos visto con la mejor de sus intenciones intentando complacer a los habitantes de La Casona.
A la señá Francisca y sus jaquecas, que no diremos que le cambian el humor porque cuando no las tiene la alegría de la huerta tampoco es…. Así, a pesar de sacar todo su encanto y sentido del humor, ni la doña, ni la señá Bernarda parecían muy dispuestas a recibir de buen grado las atenciones y ocurrencias de Fe, y mucho menos a recompensarla con un instante de asueto, charla o con una sonrisa que tampoco se gastan por regalarlas de tanto en tanto…
Tampoco el señorito “Hosco” (de aquí en adelante y hasta que cambie de actitud), parece poner mucho empeño en tratar bien a Fe, sino más bien obstinarse en todo lo contrario… tanto que hasta la señá Bernarda se ha dado cuenta de ello y no ha perdido la ocasión de “echárselo en cara” a nuestra bonita doncella. Pero claro, no pretenderá pasar toda la vida enseñándola a ser discreta y que ahora abra ese piquito de oro más de la cuenta contra quien le da de comer, o mejor dicho, contra el ojito derecho de quien le paga el jornal.
Un ojito derecho un tanto bipolar, todo hay que decirlo, y aunque Fe ya nos traía loquitos a nosotros, es ella la que va a acabar medio tarumba con tanto cambio de humor de Bosco. Y si no que nos lo expliquen: si estaba de acuerdo con la idea de agradar a la señora y cambiar el pescado por pollos ¿por qué le riñe entonces?
En realidad, cuando Fe saca ese encanto y salero no dan ganas de regañarle, más bien de comérsela a ella en vez de a las costillitas…. y es que una semana más Marta nos ha mostrado lo que es tener arte, talento y tablas en cantidades industriales. Es sencillamente genial verla, con esa expresividad que tiene, con lo mucho que ayuda en cada escena su expresión corporal y su voz (ea, ya ni nos entretenemos en que los piropos vayan de forma más disimulada :P . Pero… ¿para qué disimular? Si no hay nada mejor que reconocer y felicitar el trabajo bien hecho).
Quien no habría hecho tan bien su “trabajo” sería la señá Francisca, porque al homenaje tan concurrido que había prometido acudieron… cuatro gatos. Eso sí, entre ellos era más fácil distinguir la elegancia y saber estar de Fe, porque brutita a veces es un rato largo, pero otras, otras veces no tanto… Y aunque pareció dudar sobre si el servicio aplaude en los actos o no, sí que se unió al homenaje a Tristán e incluso parecía emocionada… ¿llegaremos a conocer el motivo? ¿será un secreto más? ¿o sólo fue impresión nuestra?
Hemos dejado para el final una de las primeras escenas de la semana, pero hay un motivo para ello, o varios, el primero y principal es que nos encanta esa Fe pizpireta y un tanto descarada, y el segundo recordar dos frases del capataz que no nos pasaron desapercibidas estos días.
La primera a la señora alcaldesa y su turno para ser discreta (aunque estamos de acuerdo con ella en que Mauricio deberá casar algún día, y tenemos que añadir que no encontrará mejor esposa que nuestra Fe) y la segunda al señorito y la forma en la que se agencian los trajes cada uno…. En esa ocasión, suerte que nuestra doncella, que lo mismo sirve para un roto que un descosido (y lo mismo cose que plancha) estuvo al quite y salió en “defensa” del capataz.
Una doncella que lista es más que los ratoncillos de campo, y no anda muy convencida con las idas y venidas de Bosco ni sus intrigas con la señá.
Pero como decíamos en la escena la encontramos en defensa, o quizá al ataque, y dispuesta a ruborizar de nuevo a Mauricio, aunque es hueso duro de roer….
Y como él aún no sabe cómo baila nuestra Fe, porque si no, no marcharía de boda a bailar con otras, y la dejaría a ella en casa. Nos la dejó de nuevo compuesta, sin boda y con la decepción y la tristeza asomando a esa carita…
Eso sí, con el encanto de Fe estamos convencidos de que, aunque tarde, al final caerá rendido a sus pies, si es que no lo está ya y solo disimula….
Pero para verlo habrá que esperar, como todo lo que está por venir en Puente Viejo. Días accidentados se avecinan según los avances y con una señora a la que no todo le sale todo lo bien que ella querría, mucho nos extrañaría que no fuese Fe quien acabe pagando algún plato roto… . Eso sí, a cambio parece que están por venir días en los que nuestra doncella favorita se relacione con nuevos personajes por esos lares, y sólo nos queda cruzar dedos para que no le “traigan más problemas” de los que ya supone vivir con los “monstruitos” que habitan en La Casona….
Para lo que no hay que esperar, es para disfrutar de nuevo de talento de Marta, y no dejéis para después tampoco vuestra visita al Poliorama, que hoy es el último día “de mierda” por el momento. Así que si tenéis la oportunidad, no lo dudéis y acompañadles en esta despedida, que esperamos sea sólo un hasta pronto.
© Imágenes propiedad de Antena3
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