sábado, 16 de agosto de 2014

Semana del 11 al 14 de Agosto en Puente Viejo


Esta semana nos han “robado” algún día de capítulo, pero ya sabéis, así el talento y el maravilloso trabajo de Marta no se reduce sólo se concentra….


La semana empezó con un pequeño sobresalto acompañado de unas preciosas sonrisas que hubiesen iluminado el jardín de no ser por las formas y los desplantes del “señorito Hosco” y por qué no decirlo también, por ese empeño de Fe de preocuparse por quien lo merece y por quién no…. Si el señorito no come más barato le sale a la doña y si tiene frio que se meta “pa´dentro”, pero que no riña así a lo más rebonico de toda La Casona ¡leches! que ella sólo quería cumplir con sus quehaceres y atenderle.


Suerte que a Fe los disgustos le duran poco, porque como bien explicó a Inés, ella siempre tiene alegría (y nos la contagia a nosotros) y si no la tiene pues se la inventa, y con ella llena de esa luz tan bonita que desprende la cocina entre bailes y coplillas (¿se puede llamar coplilla a un tango con tanto arte?). Uy! no, y cantar ella tampoco, aunque no podemos estar más de acuerdo con su nueva compañera de fatigas en que lo hace muy bien, porque nuestra Fe es muy profesional y cantar no… que a la doña no le gusta… pero ¿y bailar?


Bromas aparte, con ese mismo arte que canta y baila, llama siesos a Inés y al señorito y se queda tan ancha, pero con esa sonrisa, esa cercanía y ese encanto ¿quién se lo va a tener a mal? Además, aunque su nueva compañera de momento no conteste a “la” Fe todo lo que debiera, algo hace empezar a sospechar a nuestra doncella favorita que quizá, y sólo quizá, esos cambios de humor tengan que ver unos con otros….


Pero además de unas coplillas “que quitan el sentio”, nuestra Fe nos está sorprendiendo estos días con una nueva faceta, y es que…. La señá Dolores parece que no es la única pelirroja cotilla en Puente Viejo…. :)
Si no que nos explique qué hace escuchando tras la puertas, y reclamando a Inés después que no pusiese la oreja…. Pero bueno, al menos le ha servido para descubrir que su nueva amiga es sobrina de Candela, y que como ella se teme, las intenciones de la señá con su contratación nos son tan buenas como doña Francisca (la Paca pa nosotros) intenta hacer creer.


Bueno para eso, y para tener que algo que contar a “la” Mariana cuando fue a visitarla. (Hacemos aquí un inciso para pedir que Fe se despoje de su uniforme al menos una vez a la semana, se enfunde esas ropas que tan bonito hacen lucir a ese tipito tan pinturero que tiene nuestra esmirriá favorita, si es necesario se echan noches de costura cambiando las mangas de nuevo :P, y si puede ser, que sea para compartir secuencia con Mariana, en esas escenas que tanto Carlota como Marta disfrutan y nos hacen disfrutar con ellas). Y dicho esto, y siguiendo con la semana, el cariño con que Fe trata a Mariana, seguro la distrajo, aunque sólo fuese por un momento de sus preocupaciones, que van mucho más allá de la falta de ese meneo al que Fe hacía referencia con tanto salero…. Quizá la distrajo de unas preocupaciones pero la condujo a otras, puesto que como bien piensan las dos, la señá no da puntada sin hilo y tanto mejor sería que tuviese desplantes a partes iguales entre nuestra bonita doncella y su nueva compañera.
Aún así sus” inquietudes” nos hicieron disfrutar de una maravillosa escena entre dos grandes actrices, que hubiese tenido mucho mejor final bailando en El Colmado con el gramófono de Hipólito, pero todo se andará….


Y aunque Fe siga echando en falta a su morena por la cocina y La Casona, ahora tiene una nueva niña a quien cuidar y con quien aparecen los primeros esbozos de lo que puede ser una bonita amistad. Con ella han vuelto las risas y las animadas charlas en la cocina, teñidas en cierta forma por la preocupación de Fe por Inés, y su empeño en convencerla de que será más feliz bajo las alas de su tía, que bajo las suyas, y no porque nuestra Fe no sea un bonito cobijo, sino porque la señá es mucha señá…..


Eso si, si alguien es capaz de robar la más pícara de las sonrisas a Fe en esa cocina, ese no es otro que su hombretón. Y da igual si el capataz viene dispuesto a comerse un mulo u oliendo a choto (a veces nuestra Fe se refina para llamar a ciertas “pestes”, efluvios…), que ella siempre tiene preparado un arsenal de encanto con el que rendirle (no lo diremos muy alto por si nos toca esperar aún más para verlo…).
Un encanto que queda en segundo plano, para sacar a pasear el carácter si ve que Mauricio aprieta más de lo necesario las tuercas a la dulce Inés. Llegada esa situación, Fe está dispuesta a protegerla y a reñir al hombretón, porque si alguien ha intentado abrir los ojos a esa niña es ella y visto está que aún no está por la labor de mirar la realidad de su alrededor. Pero como dicen que “amores reñios son los más queríos” una cosa es abroncar al capataz y otra muy distinta dejarlo sin su rebanada de zurrapa de manteca…


Y a estas alturas os estaréis preguntando dónde quedaron los desplantes de la señá, pues que no se preocupe nadie, que en una semana completa no pueden faltar y el jueves llegaron puntuales a su cita…. Bien es cierto que nuestra Fe no estuvo muy acertada a la hora de indicar dónde comer a la señora y que se dedicó a criticar un jarrón, que por otra parte más feo no puede ser, pero tampoco es para enfadarse tanto porque como dice Inés es buena gobernanta y arrima el hombro como la que más. Por eso, a veces no parece entender los desprecios de la doña, eso sí, con el tiempo se dará cuenta de que es mejor una reprimenda que oculta el reconocimiento a la labor bien hecha, que convertirse en un títere de la señora con el que además se pretende dañar a los demás…. Pero eso ya es otra historia.


La de esta semana acaba aquí, con el reconocimiento una vez más al trabajo de Marta (y si Miquel Peidró nos cuenta que es ahora cuando estamos empezando a descubrir al personaje y a la actriz, no nos podemos ni imaginar lo que está por venir).
Pero antes de despedirnos, servidora no sería servidora, si no hiciese referencia a la expresión tan bonita de Fe en La Cocina cuando Inés elogiaba su forma de cantar. Y es que, esa carita la hemos visto antes, esas sonrisas sonrojadas, llenas de encanto y humildad no son nuevas para quienes hemos tenido la oportunidad de compartir un momento con Marta, de esperarla a las puertas de un teatro y de intentar transmitirle todo lo que ella nos hace sentir. Cada amago de “piropear”, porque no son cumplidos sino el justo reconocimiento al trabajo bien hecho, cada intento de valorar todo lo que ella es y hace, han venido acompañadas de esa expresión que nos ha ganado por completo. Ojalá algún día logremos convencerla de que, dentro de ese cuerpecito “esmirriado”, ella es muuuuy grande, hasta entonces sólo nos queda darle las GRACIAS, porque si algo es cierto, es que la alegría a veces hay que inventarla y ella nos la deja cada tarde en el salón de casa. Por eso, y por todo lo demás, ¡gracias bonica!


Y ya sí que si acabamos por hoy, no sin antes recordaros que no debéis quitar ojo a las tardes de Antena 3, y que si os habéis perdido algo o queréis revivirlo os lo recopilamos aquí.



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