Decía la señá Paca que no eligió bien al decidir acoger a Fe bajo su ala, pero no se imagina lo equivocada que está…. Porque como nuestra doncella favorita reconoce “no es lista ella ni ná” y apañá, más.
Lo que nos extraña, con lo lista que ella es, y lo pronto que se ha dado cuenta de que el pajarillo ya sabe con quién quiere compartir su nido, cómo no se ha percatado ya que la doña la quiere bien lejos del señorito solo cuando no está vestido, y nos preguntamos también ¿por qué? ¿Tanto tiempo ha pasado nuestra Fe con Dolores como para enterarse hasta de esos entresijos del pueblo?
Aunque claro, mantenerse lejos de él tanto con ropa como sin ella, no le resultará muy difícil a la doncella más resalá del lugar. Por más que el hombretón se empeñe en que no le quiten ojo, ya hay quien está dispuesta a hacerlo y sin necesidad de cumplir órdenes ¿no os parece?
Nuestra Fe está convencida de ello, para muestra las caritas que le dedico a Inés, y con las que la expresividad de Marta nos conquista cada tarde…. Convencida y acertada. El pobre pajarillo no sabe dónde se ha metido…. En La Casona entras como pajarillo, y si no tienes el encanto de nuestra esmirriá, acabas convertida en urraca….
Lo que aún no imagina es el uso que se le está dando al nido, o si lo imagina no se lo va a contar a la doña. Eso sí, holgazana, sorda y mameluca no son los elogios más adecuados para la única doncella que atiende a la señá…. O a saber los improperios que tendrá para los demás… Pero esos quedaron fuera de cámara, como el morenito que ha cogido nuestra Fe al calor de los pucheros :P.
Lo bueno de todo esto es que al salir del nido, Inés está más contenta que unas castañuelas y se convierte en una buena compañera de faena para Fe….
… Al menos hasta que “al señorito le dé por regar los geranios”, entonces las sonrisas de la cocina vuelven a ser regaños para una doncella maravillosa, a la que como bien dice el pajarillo habría que tratar de otra forma, aunque eso nos prive de esos simpáticos correteos por La Casona que tantas sonrisas hacen aflorar.
Y no es el señorito el único que aún no sabe cómo hay que tratar a lo más bonito de todo Puente Viejo. La señá sigue tratándola con la punta del pie, pero siendo sinceros, lo preferimos, pues las caricias de la doña con frecuencia están envenenadas….
De quien no esperábamos desplantes era de Inés, aunque ya se sabe que quienes duermen en el mismo colchón…. Bien es cierto que nuestra Fe volvió a capear la situación con su desparpajo y su encanto habitual, porque hasta para afrontar algún sinsabor hay que tener arte. Además ese corazoncito tan noble que esconde nuestra esmirriá, además de añorar a quien le dé un abrazo, sabía que el momento no iba a ser fácil, y que a la niña, que con tanto esmero intenta cuidar y prevenir, le queda mucho que aprender para no acabar siendo infeliz.
No sabemos si las aventuras de nuestra Fe servirán para evitarle sufrimientos o para todo lo contrario, pero si estamos seguros de que hay muchísimas ganas de disfrutarlas. Para hacer un poco más amena la espera os dejamos con lo más bonico de todo Puente Viejo, con la expresividad de Marta y su maravilloso trabajo, y aprovechamos por si no lo hacemos tanto como deberíamos, para felicitarla una vez más por ello y agradecerle todo lo que nos regala cada tarde… la semana que viene más!
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