Semana más breve de lo que nos hubiese gustado para nuestra Fe en Puente Viejo, pero como a veces menos es más, estos poquitos días que hemos podido disfrutar de ella llegaron cargados de matices.
El lunes la encontrábamos en el despacho de la doña, buscando con “Inesita” (y la excusa de cómo endilgarse tanta letra), esos momentos de cercanía entre doncellas, de charlas y distensión, tan necesarios para sobrevivir en los dominios de la señá Paca… Y aunque, no es Inés dada a hablar de más, sí que con el interrogatorio de Fe dejó entrever mucho más de lo que dijeron las palabras…. Claro, que cómo no iba a ser así, si no se puede tener más arte sonsacando…. Tunanta, bribona, embaucadora, to es poco pa ella también :).
Sonsacando, porque hacer cambiar de opinión a Inés no será nada fácil, la chica sigue fiel a su cantinela de que está donde tiene que estar, y no parece que las advertencias de Fe hagan mella en ella…. Bien es cierto, que en esta ocasión, la costumbre que la doña tiene de escuchar tras las puertas tampoco dio lugar a insistir mucho…
Y así, entre las riñas de la señá y el arte con el que las capea Fe, disfrutamos de una escena en la que acabamos preguntándonos cómo iban a quitar semejante polvareda en sólo media hora, y sobretodo cruzando los dedos para que la nostalgia por su Parque de la Bombilla, que de una forma tan mona nos transmitía nuestra doncella favorita, no la haga volver a Madrid y siga luciendo por Puente Viejo esa gracia que queda “que pa que” en cualquier lado.
Poco después le toco a nuestra Fe dejar la gracia a un lado e ir a contar a la doña el accidente del señorito trepador…. Preocupada por su salud, por lo que pudiese sentir Inés o por si la señá es partidaria de “matar al mensajero”, encontramos a una Fe un tanto compungida con una desgracia, que por suerte se quedará en susto, en La Casona.
Y para susto, el que se llevó Inés con las nuevas que el capataz llevó a la cocina, la estancia de La Casona donde se empezaron a “cocinar” unas relaciones tan bonitas con la llegada de Fe y que, de tanto en tanto, nos dan el placer de volver a ver….
Lo cierto es que demasiado afectada diríamos que estaba la muchacha para ser una simple criada (pero nosotros sabemos que no lo es) y nuestra Fe, que es más lista que los ratoncillos coloraos si no lo sabe, lo intuye también. Quizá por eso no dudó en echarle un capote cuando el capataz (que tampoco tiene un pelo de tonto) se “sorprendió” ante la reacción. Otra cosa bien distinta, es que sus teorías sobre la señá, el señorito y lo poco que lo comparte, lleguen a un puerto tan acertado como los amoríos….. pero esto habrá que esperar para verlo.
Sea como sea, fue una forma estupenda de acabar la semana (un poco antes de lo que hubiésemos querido) con la cercanía, la dulzura y la discreción con la que nuestra preciosa doncella parece dispuesta a cuidar a su “pajarillo”. Bueno, y por qué no decirlo también, con esa maravillosa colección de primeros planos tan bonitos que nos regalaron de Marta, y que nos demostraron una vez más, que sus silencios, miradas y gestos nos trasmiten muchísimo más de lo que os podamos contar por aquí, por más empeño que pongamos….
Llegamos al final de nuestro rinconcito de esta semana, nos volvemos a encontrar en siete días, para si no cuidar, si valorar, agradecer, y felicitar a nuestro “pajarillo”pelirrojo, por ese trabajo tan maravilloso que hace, y por todo el talento que nos regala, con él, como cada semana nos despedimos por aquí. ¡Disfrutadlo!
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