sábado, 4 de octubre de 2014

Semana del 29 de Septiembre al 3 de Octubre en Puente Viejo


Tras dejar sus clases de esperanto, Fe no ha encontrado un ambiente calmado por La Casona, pero nadie dijo que embelesar más que la Bella Otero fuese fácil….


Muy a su pesar, nuestra preciosa doncella empezaba la semana en la plaza, pero no asistiendo a clase sino despidiéndose de un Regalado que no parecía muy dispuesto a renunciar a su mejor alumna, y a la más bonica también, no permitimos decir.


Después de despedirse de la actividad que más sonrisas ha hecho asomar a esa carita en los últimos días, Fe parecía o estaba algo decepcionada, pero ya se sabe que las penas con pan, o en este caso con anís, son menos y una vez terminada su faena del día, la cocina volvió a convertirse en testigo mudo de las confidencias entre doncella, o mejor dicho, de la frustración de Fe por no poder cultivarse y de lo que una Inés no cuenta pero se entiende perfectamente…. Quizá nuestra pelirroja tenga razón y la capacidad y la sesera para ser más “fisna” y leída que muchas señoritingas. Pero a falta de la oportunidad, diremos a cambio tiene otras muchas cosas que conquistan más y que además por más empeño que se ponga no se aprenden.


Tomándose más ratitos de relax de lo que es habitual (luego ya vendrían las prisas) volvíamos a encontrar a Inés y Fe de merendilla en la cocina. Allí, Fe, con su gracejo habitual, le “explicaba” al pajarillo, o eso quisimos entender, que tenía vía libre con las visitas al nido al estar la señá con la sesera ocupada con otras preocupaciones. En esas estaban cuando las interrumpió un capataz que según nuestra maravillosa doncella frecuenta la cocina con demasiada frecuencia ¿Irá a verla a ella?


Probablemente sí, pero no es el único. Como decíamos, Regalado no iba a renunciar fácilmente a su alumna más bonita y aventajada. Y tras conseguir el permiso de la doña se plantó en La Casona para dar unas clases particulares y algo picaronas. No seríamos nosotros si no dijésemos que nos conquistó por completo la expresividad y la alegría que irradiaba Marta en esa escena. Dejándose querer sorprendió el capataz a “su” pelirroja, y en lugar de quedarse y allí y tomar buena nota de cómo tratarla, se dedicó a espantar con malos modos a moscones, que dicho sea de paso, huyen con demasiada facilidad y eso no parece contentar tanto a Fe…


Algo “amoscá” con la “desaparición” de Regalado, Fe puso rumbo a casa de Mariana (donde siempre entra como elefante en cacharrería por cierto), allí se encontró con la señá Rosario y, como le había dicho a Inés unos días antes, ella sin ser “fisna” puede dar una lección de educación y saber estar que deberían aprender las doñas que le dan órdenes en La Casona.
También tuvimos la oportunidad de disfrutar entonces de un hecho inédito en Puente Viejo: Fe sin palabras. O mejor dicho, Fe interesándose por la marcha de Regalado intentando disimular su interés. Tan raro como verla sin saber qué decir, es encontrarla algo “despistada” en cuanto a lo que pasa a su alrededor. Ella que es más lista que los ratoncillos de campo, parece no haberse dado cuenta de que el capataz pidiendo vino, pan y pringue también disimula otras intenciones, menos mal que allí están Mariana y la señá Rosario para abrirle los ojos y de paso sonrojar a la doncella más resalá de todo Puente Viejo.


Una vez bajado el sonrojo empezó a subir el enfado, y si nuestra Fe no tiene nada mejor para ofrecer al capataz que el agua que dé el botijo es que algo no va bien entre ellos. Una vez más fue ella quien puso las cartas sobre la mesa, preguntando por Regalado y ante la actitud del hombretón no le quedó otra que sacar el carácter y echarle la bronca más sonada desde que llegó a puente viejo, pero bueno… dicen que amores reñidos son los más queridos ¿no?
Además esta primera peleilla de enamorados (aunque ellos aún no se hayan dado cuenta) nos permitió disfrutar de un registro nuevo de Marta que hace esbozar menos sonrisas pero sigue arrancando los mismos: Ole tu!!


Puesto que Mariana fue quien inició las sospechas, Fe tuvo que pegarse la caminata un día más para contarle lo acontecido con el capataz, de chismorreos estaban cuando llegaron María y Esperanza, y claro, como dos sonsacan mejor que una, y Esperanza además es una bendita que deja a su mamá algún rato de cotilleo que otro, nuestra doncella favorita tuvo que acabar contando lo que le dijo Mauricio, que no es tanto como pensaba Mariana, y desembuchando sobre el pajarillo y la señá Bernarda…


Para luego coger portante y derrochando arte volver al pueblo, donde, al menos en los recuerdos de Candela, se lo pasa de guinda… ¿eso lo sabrá la doña?


Antes de acabar la semana, porque si no no sería una semana completa, nuestra maravillosa doncella “se las tuvo tiesas” con la señá y eso que alguna vez de la manita de Inés se ahorró algún rapapolvo…, ya no nos queda otro remedio que ponerlo entrecomillado puesto que, por más que se empeñe la doña no es capaz de enfadarse con Fe, aunque la interrumpa, o le cuente las horas que duerme y las que no, y por más que amenace con ponerle un bozal sabemos que no lo hará, y es que… La Casona sin las ocurrencias de Fe ya no sería lo mismo y la Paca (uy! perdón!) lo sabe.


¿O acaso conocéis a alguien con más arte para proponer un menú? Nosotros no nos hubiésemos negado a ninguna de las propuestas si nos hubiesen llegado con ese salero, y a buen seguro que la señá acaba pidiendo los callos y rebañando la olla, aunque eso no nos lo dejen ver, de la misma forma que la señá tampoco deja que asome el cariño que, aunque niegue, empieza a coger a ese encanto de doncella que encontró casi de casualidad. Y que, a punto está, de seguir por este camino, de quedarse sin ex – señá… ¿por qué miraría con esa carita Fe a Bernarda? ¿qué se le pasaría por la mollera?


Para saberlo, si es que llegan a contárnoslo, habrá que esperar a los próximos capítulos, pero para volver a disfrutar de la expresividad, del talento y del maravilloso trabajo de Marta, sólo tenéis que dar al play al video. Con él nos despedimos una semana más, no sin antes felicitar a Marta y agradecerle el estupendo trabajo que nos regala cada día.



© Imágenes propiedad de Antena3

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