En este rinconcito no solemos ir más allá de los pasos de Marta en Puente Viejo, la razón es bastante sencilla, ya hay montones de lugares donde se comenta, y mucho mejor de lo que podamos hacerlo aquí, las aventuras y desventuras de este pueblo tan singular.
Pero para nosotros, que somos prácticamente unos “recién llegados”, esta ha sido la primera semana, llamémosle, cargada de emociones. Y ante ella no nos queda otra que felicitar al estupendo elenco de actores que compone el reparto de la serie. Alfonso y Emilia, o para ser justos Sandra y Fernando, nos han transmitido la más honda desolación ante la pérdida de su hogar y de la vida que allí ardió, Gonzalo y María la desesperación ante una pérdida mucho mayor, la de su pequeña hija ( y aunque nos hubiese gustado ver a Loreto interviniendo mucho más en estas escenas, tenemos que decir que llevar solo el peso de una trama de tanta intensidad como ésta nos está dejando unas muestras maravillosas del talento y saber hacer de Jordi) y el pueblo entero el apoyo a una familia, que al igual que todos los habitantes del lugar, parece estar marcada por la tragedia.
Sólo hay algo que nos ha sacado un poco del “encanto” triste de estos días y ha sido la indignación, por llamarlo de alguna forma, que sentimos muchos al ver que intenta justificar un maltrato de cualquier tipo, y que no nos malinterprete nadie, gran interpretación de Mercedes en el papel de Bernarda, pero, y aun teniendo en cuenta que era la realidad de la época, hay realidades que jamás deberían de haber existido… Por eso, porque la tele además de para entretener debería cumplir un fin social y porque vivimos en un mundo donde siguen existiendo por desgracia demasiadas agresiones y malos tratos y donde sigue desapareciendo demasiada gente, no estaría de más que en alguna de esas tramas cambiasen la “mosquita” de lo que se va a emitir por la noche por una que nos recuerde que en determinados casos cien años después ya hay donde poder pedir ayuda ante determinado tipo de situaciones.
Pero bueno, antes de parecernos a los guionistas, según cuentan por ahí, y ver sólo lo negativo de las cosas, vamos a sacar lo bueno de esta semana, es cierto que una tragedia tras otra es lo que sacude al pueblo pero ante ellas, Alfonso y Emilia saben que no han perdido lo más valioso, se tienen el uno al otro y una hija por la que seguir, Conrado ha perdido la vista pero no el amor y las ganas de vivir, Isidro y Aníbal a pesar de su situación aún se sienten con fuerzas para ayudar, frente a su maltratador Bernarda encuentra alguna que otra mano amiga, Dolores y ese mundo aparte que habita en El Colmado son capaces de transmitir los sentimientos mas nobles en clave de humor, Rosario encarna a una de esas abuelas, ay esas abuelas, que han sufrido mucho más de lo que podemos imaginar y aun así sacan fuerzas para que no se derrumbe el hogar que han construido a su alrededor…. Y ese pueblo, que siendo consciente de lo complicado de la situación es incapaz de negarle a un padre arrepentido que no pierde la fe la posibilidad de encontrar a su niña con vida….
Hablando de Fe, dejamos atrás lo que iba a ser una pequeña reflexión, para centrarnos en nuestra doncella favorita, a la que esta semana (en pocos días) hemos tenido la oportunidad de ver con muchos matices distintos.
Inició la semana en esa recepción un tanto movidita, allí pudimos comprobar que ella es la doncella con la que Doña Francisca ha soñado siempre suponemos, discreta, sumamente atenta y servicial y extremadamente fiel a sus señores (al menos de momento) más por convicción que por interés…. Aunque claro, a la mañana siguiente no pensaría lo mismo, y es que la "espontaneidad” que esperemos Fe no pierda nunca, alguna vez le puede acarrear algún problemita con la señora. Señora que, jamás pensaríamos que diríamos esto de un pueblo en el que se pasan el día con el vaso en la mano, pero que debería de beber más a menudo, aunque luego la resaca le agrie de nuevo el carácter….
Esa fidelidad a su señora de la que hablábamos le hizo pasar un ratito, quizá el más complicado desde que está en el pueblo, por primera vez, a solas con la doña, vimos a Fe dudar, ¿será que quiere lo mejor para su ama y están a punto de convencerla de que callar no lo es? Maravillosa escena con María Bouzas interrumpida al requerir a nuestra doncella arriba, escena que esperemos tenga su continuidad en cuanto la señora Bernarda tenga a bien bajar un poco su vigilancia….
Y acabó la semana, un poco antes de los que nos hubiese gustado, con un momento de esos que merece la pena ver más de una vez y más de dos :), volver a juntar a Marta en la cocina con Mario fue todo un acierto y es que… ¿cómo dice el capataz que es arisca nuestra prenda? Si es lo más adorable y “resalao” que ha pisado el pueblo.
Mauricio no ha podido elegir mejor la personita con la que hablar de buenos bailes, y aunque su función en el pueblo no es esa, sería un auténtico lujo ver como se desenvuelve Fe bailando en la verbena…. Sin perder la esperanza de que algún día suceda, recuperar a esa doncella coqueta y descarada fue todo un regalo, y a pesar de haber ido al pueblo sólo a faenar y de saber hacerse respetar, su repertorio de sonrisas traviesas para dedicar al capataz está surtiendo el efecto contrario…. es ella quien, en su ilusión por hablar de su vida en Madrid, está bajando la guardia y soltando su piquito de oro más de la cuenta ¿le acarreará problemas esta pequeña indiscreción?
Tendremos que esperar para saberlo, hasta entonces aprovechamos para felicitar una vez más a Marta y al reparto de El Secreto de Puente Viejo por su trabajo en una semana para quitarse el sombrero ante la actuación de todos y cada uno de ellos. Con los momentazos de nuestra doncella favorita os deseamos, que tanto si tenéis unos días de vacaciones como si no, disfrutéis mucho esta semana y recordad que nos volvemos a encontrar por aquí dentro de siete días.
(c) Imágenes propiedad de Antena 3
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