Esta semana hemos perdido cantidad de minutos (que no calidad de los mismos) de Fe por Puente Viejo, y es que con las aguas tan revueltas, y nunca mejor dicho, como andan por el pueblo, nuestra doncella no ha tenido demasiado tiempo para derrochar su desparpajo por La Casona. A cambio, tenemos que decir que hemos visto escenas cargadas de sentimiento, y de estupendas interpretaciones, en las que grandes actores nos han transmitido todo el miedo, la tristeza y la desesperación de unos padres, o mejor dicho de una familia, por la aparición de Fernando de nuevo en escena y la desaparición de esa muñequita que es Esperanza.
Por suerte, y esa creemos que una de las claves del éxito de la serie, a cada gran interpretación le sigue otra a gran nivel, y entre tanto drama y tanta pena, también hay momentos de distensión en El Colmado, por ejemplo, o de seguir aumentando la incertidumbre sobre unos recién llegados al pueblo que a cada paso que dan crean un nuevo interrogante en quienes les seguimos….
Nuestra Fe, tan atenta, tan servicial como siempre, con una educación exquisita si la situación lo requiere aunque luego cambie un “señora” por “la Francisca”…. sigue dispuesta a complacer a la “señá” de La Casona en todo lo que esté en su mano. Siempre que lo que desee no sea, claro está, información, porque ahí ya no sabemos si es que la aleccionaron con el dedo tieso o que ella de por si es más lista que el hambre, pero es capaz de pasarse el rato dándole a la húmeda sin parar y sin decir nada que disipe dudas.
Dudas que crecen a cada escena de esta peculiar familia, ¿problemas económicos? ¿intereses con las altas personalidades de la zona? ¿por qué ese miedo de la señora Bernarda? ¿es real o están vendiendo una historia que no es del todo cierta a la señora Francisca con algún interés oculto?
Habrá que esperar a que vayan sucediéndose los capítulos para saberlo, desde aquí tenemos que reconocer un pequeño “problema” que se nos plantea, nosotros a Fe no sabemos, pero nos creemos a Marta. Cada gesto, cada expresión de cariño o preocupación por “su señora” parece estar cargada de verdad… y su expresividad, esa capacidad que ella tiene para transmitir cualquier tipo de emoción nos hace creer que, de momento, sólo de momento, y hasta que nos demuestre lo contrario (que si lo hace lo hará con el mismo arte), alguien distinto llegó a Puente Viejo.
Alguien que además no necesita abrir ese piquito de oro, y así evita que la corrijan, para llenar de sentido y contenido una escena…. Así en la cena, en un ladito, sin hacer ruido, vimos que no hace falta hablar para hacerse entender. Por eso, servidora va a ir tomando ejemplo, y como un momento de interpretación de Marta le da más sentido a este rinconcito que todo lo que podamos intentar contar desde este lado del teclado, os dejamos con sus escenas de esta semana, no sin antes felicitarla una vez más por su trabajo. No tiene que ser fácil ponerse por primera vez ante una cámara en una serie como ésta pero más difícil ha de ser aún sacar adelante escenas de la calidad que tanto Marta como Mercedes León nos están ofreciendo, no nos cansaremos de repetirlo, ante su talento, saber hacer y trabajo todo nuestro reconocimiento.
(c) Imágenes propiedad de Antena 3
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