Si en esta ocasión empezamos diciendo que esta semana nuestra Fe ha estado “sembrá”, diréis, claro! como todas, y eso no podemos discutirlo….
Pero aun siendo una forma poco original de comenzar, la verdad es que no puede ser más cierta, y que ha sido todo un acierto darle importancia a esa cocina donde se disfrutan grandes platos y mejores artistas.
El lunes, esa misma cocina se convirtió en una clase de danza improvisada, y aunque no sabemos si nuestra chulapa made in Barcelona habrá bailado muchos chotis, no se nos ocurre mejor profesora de baile, ni conocemos tampoco capataz más estrecho que Mauricio, ¿pero cómo rechaza esa estampa pinturera que podría hacer con semejante diosa??? Veremos a ver cuánto tiempo se resiste, y si tanto que tendrá que agradecer a la doncella más bonica que conocemos, no acaba por obligarle a abrir ese corazoncito que parece cerrado a cal y canto… (uy! Que nos dispersamos y sin saber nos adelantamos a los acontecimientos!)
Pero claro, como lo de que Fe está demás en la cocina no es cierto, al contrario, era la pieza que faltaba, el martes tras hacerse momentáneamente la del humo, volvimos a encontrarla en sus quehaceres y descifrando (hasta que no se demuestre contrario) las misteriosas causas de la muerte de Isidro, que el veneno puede ser letal, pero un mal resfriado por dormir con el culo al aire también….
Bruta o no, si el capataz es despierto, nuestra doncella ya ni digamos, ella sí que sabe cómo tratar a los señores por más que le pasme una felicitación por ser “aseá” :)
Pero si algo nos gustó de la escena es la implicación que se empieza a atisbar con los habitantes de un pueblo que, por suerte para nosotros, comienza a parecer su hogar.
Y si antes os decíamos que a Mauricio no le quedará otra que abrirle su corazoncito y encariñarse con Fe, no creemos equivocarnos mucho, no es necesario el agradecimiento, ni cocinar bien cuando se ponen esos ojitos, y se tiene esa carita, esa sonrisa y ese encanto que tanto nos recuerdan a una tal Marta… que nos conquistó a las puertas de cada teatro.
Una Fe amable y encantadora hasta la saciedad, o mejor dicho, hasta que intentan sonsacarle más de la cuenta, y es que ese piquito de oro se cierra en cuanto a hablar de sus señores de refiere.
Por exceso de celo, por lo mucho que tendrán que callar o por vete a saber, es una de las pocas cosas que ensombrece la luz propia con la que brilla nuestra doncella favorita. Esa y la preocupación por escapar de los tiros de Madrid para ir a “espicharla” en Puente Viejo soltera…. Y entera.
Y así acabamos la semana, no sin antes hacer mención al avance y a alguien que de momento, y esperemos que sea sólo de momento, es capaz de ensombrecer el brillo de Fe, el señor Fulgencio, en la ficción su señor no parece valorarla lo suficiente, pero ya le hará cambiar de opinión…
Por suerte, en la vida real, que es donde nos ha tocado vivir somos muchos, cada vez más, quienes disfrutamos del trabajo de Marta, y valoramos mucho, mucho, muchísimo, el talento y el arte de nuestra niña, ese que derrochaba en el escenario y que alcanzaba hasta el patio de butacas y que ahora cada tarde traspasa la pantalla hasta colarse en el salón de casa. Una vez más, y no nos cansaremos de decirlo, nuestra felicitación a Marta por ese arte y salero que desprende y sobretodo por el trabajo y esfuerzo que hay detrás.
Con su semana “puentevejera” nos despedimos como siempre, disfrutadla!
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